Concurso sobre la Vigencia de las Ideas de la Doctrina Social de la Iglesia
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INTRODUCCION
La doctrina social de la Iglesia tiene una repercusión importante en los momentos actuales, en ella encontramos lineamientos para un buen comportamiento de los cristianos, allí están claramente anotados temas temporales tan humanos como: la persona, la sociedad, el matrimonio, la familia, la educación, la economía, la política, la teología de la liberación, entre otros temas que analizaremos durante el desarrollo de este trabajo.
El Papa León XIII, publicó la primera de las grandes encíclicas sociales de los tiempos modernos, el 15 de Mayo de 1891, LA RERUM NOVARUM (DE LAS COSAS NUEVAS). A los cuarenta años de publicada la primera encíclica social, el Papa Pío XI en 1931 publicó LA CUADRAGESIMO ANNO. Posteriormente a estos documentos se han sucedido una serie de Encíclicas que enriquecen el magisterio de la Iglesia a través de documentos emitidos por los Papas, siempre asistidos con la gracia del Espíritu Santo, que han ido señalando los surcos por donde deben transitar los buenos cristianos, así tenemos que el Papa Juan XXIII en 1%1 escribió la encíclica MATER ET MAGISTRA (MADRE Y MAESTRA), a continuación en 1963 escribió la encíclica PACCEM IN TERRIS (PAZ EN LA TIERRA). El Concilio Vaticano II en el año de 1965 redactó la Constitución Apostólica GAUDIUM ET SPES (ALEGRIA Y ESPERANZA). El Papa Pablo VI en 1967 redactó la encíclica POPULORUM PROGRESSIO (EL PROGRESO DE LOS PUEBLOS). El mismo Papa celebra los ochenta años de la RERUM NOVARUM con la Carta Apostólica OCTOGESIMA AT VENIENS en el año de 1971. En los tiempos actuales hemos tenido la contribución de su santidad Juan Pablo II, quien ha actualizado y profundizado los lineamientos sociales en las encíclicas LABOREM EXERCEMS (EJERCIENDO EL TRABAJO) En 1981, la Exhortación apostólica FAMILIARIS CONSORTIO (LA SOCIEDAD FAMILIAR) en 1981. Al cumplirse el vigésimo aniversario de la POPULORUM PROGRESSIO, el Papa Juan Pablo II escribe la encíclica SOLICITUDO REI SOCIALIS (SOLICITUD POR LO SOCIAL), en 1987.
Este documento es el más actualizado y donde se visualiza en conjunto el pensamiento de la Iglesia sobre todos los temas de la sociedad. El último documento del Papa Juan Pablo II es la Carta Apostólica MULIERIS DIGNITATEM (LA DIGNIDAD DE LA MUJER), en 1988.
El interés del análisis de este tema, no es el profundizar en un campo en el cual debería de realizarse varios tomos de estudio. Sólo espero dejar señalado clara y sencillamente los principales puntos de la Doctrina Social de la Iglesia y su aplicación práctica y su vigencia en los albores del siglo )O(.
El trabajo que presento está dividido en dos partes; la primera consiste en una recopilación de temas de las diferentes Encíclicas, donde se verá la evolución de los lineamientos sociales; la segunda contiene las conclusiones de la presente investigación y mi opinión sobre la forma en que todos los miembros de la comunidad estamos obligados a vivir esta doctrina.
Esperando contribuir a la conciencia social, y con motivo de la celebración del Centenario de la Encíclica Rerum Novarum, pongo a vuestra consideración el presente trabajo.
LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA EL MAGISTERIO ECLESIASTICO
La Iglesia tiene una misión en el orden sobrenatural, el fin de ella es la perfección del hombre a través del Evangelio. El Hombre está llamas a la santidad, "Ser perfectos como mi Padre Celestial" (1). La misión de la Iglesia no se mezcla en los problemas temporales ni puede defender de ningún modo programas políticos de una tendencia determinada; "La Iglesia tiene pleno derecho, que es un deber, a enseñar la dimensión moral del orden secular, tanto en lo social, como en lo político y económico" (2). Debe preocuparse la iglesia, como madre que es, de los juicios morales sobre cuestiones terrenales, sobre lo moral e inmoral, sobre lo justo e injusto, sobre la actuación de los gobernantes sobre los gobernados, así se podrá formar la consciencia del hombre como centro, principio y fin del mundo.
CONCEPTO
Se llama Doctrina Social de la Iglesia al conjunto de enseñanzas del Magisterior Eclesiástico que aplican las verdades reveladas y la mora cristiana al orden temporal. (3)
Es un conjunto de enseñanzas relativo a la conducta del hombre en cuanto forma parte integrante de la sociedad civil, son principios de reflexión, juicios de conducta y directrices de acción sobre la vida del hombre, aplicadas a las verdades reveladas, revelación fundada en tres pilares: La Santa Biblia, La Tradición de la Iglesia y La Sana Razón. Dios creó al hombre con la libertad de hijo suyo, esto significa que el tiene inteligencia y libertad; libre para escoger. En este aspecto el Concilio Vaticano II la ha llamado la autonomía de las actividades terrenas, lo que no significa un vacío en el plan divino, sino una demostración más del amor del Dios Padre a sus hijos los hombres, entregándoles el don más preciado que es la libertad y por ella el poder escoger y tener una opción; claro está, que la única opción salvadora es la de hacer el bien evitando el mal. Así mismo, Dios entrega a los hombres sus mandatos y preceptos contenidos en la ley natural. En todo lo temporal junto con la libertad del hombre hay unos principios que devienen de la naturaleza humana, y que éste debe cumplir, ley de Dios que es ley moral; Entonces, el hombre tiene libertad en lo temporal que es mucho pero en cuanto a lo moral debe atenerse a la ley natural. Por ejemplo: el hombre tiene la libertad de asociarse para sobrevivir (Ley Natural), pero si el hombre se asocia libremente para delinquir y hacer el mal está en el campo de lo prohibido (Amoral).
La vocación del hombre, es divina, la misión es santificar las realidades terrenas (4), debe cumplir los fines de Dios, buscar la verdad, defender lo justo, alejándose de el laicismo o secularismo, que pretende la independencia de las realidades terrenas respeto de Dios o como el clericalismo, que es la indebida intromisión de los clérigos en materias estrictamente temporales.
CARACTERISTICAS
La Doctrina Social es un modelo de perfección en el convivir humano, como tal, está abierta a todo tipo de cambios que se presenten en la sociedad. Esta no es un añadido sino una enseñanza del Magisterio de la Iglesia, podríamos llamarla una doctrina para un buen vivir. En ella se aplican las verdades eternas a los problemas que se ocasionan por el avance y el progreso de la ciencia y de la sociedad toda en los diversos órdenes; es tan realista como la vida misma, en ella no hay nada utópico ni inalcanzable.
APLICACION A LA VIDA
Así como un buen cristiano está consciente de sus deberes religiosos en cuanto a su manifestación de amor para con Dios, es imperativo que ajusten su vida a esta doctrina para que las actividades de carácter económico, social, político, familiar, no vayan a realizarse a espaldas de Dios, sino que éstas sean inequívocamente realizadas por amor a Dios en primer lugar y por El a los demás hombres. De nada vale ser un cristiano de misa dominical si no cumplimos profundamente este compromiso de buen vivir que la Iglesia nos presenta en la Doctrina y nos indica cómo debemos conducirnos, principios en primer lugar cristianos y en segundo lugar humanos; así por ejemplo, la Iglesia no va a decirnos que hacer para que se respeten los derechos humanos en el Ecuador, sino que nos enseñará a entender cuál es la misión del hombre en la sociedad y cuál es el respeto y dignidad que él se merece por ser obra de Dios. La Doctrina Social entonces es universal, sin preocuparse de ningún caso en particular sino de toda la humanidad.
EL HOMBRE SER SOCIAL
El hombre es un ser que tiene dos realidades, el cuerpo y el alma. En cuanto al cuerpo material, está íntimamente unido con los fines materiales, que nos lleva a satisfacer nuestras necesidades en la tierra y se perfecciona cuando emplea sus capacidades intelectuales participando activamente en la vida familiar, social, política, en fin en tantas y cuantas realidades existen en una sociedad en constante evolución. En cuanto a espíritu, el hombre se desprende de lo material y se eleva al campo de lo espiritual en busca de una satisfacción interior que es la búsqueda de la verdad; Ella sólo se encuentra cuando tenemos a Dios viviendo en nuestro corazón, con lo cual alcanzamos nuestro fin que consiste en conocer y amar a Dios. La Doctrina Social de la Iglesia tiene como base al hombre, inteligente y libre, hecho a imagen de Dios y dotado de razón y voluntad.
Como ya he señalado, este conocimiento se ordena en la búsqueda de una verdad y el amor por hacer el bien; entonces, la persona humana se realiza y actúa rectamente cuando encuentra la verdad y obra haciendo el bien (Ley Natural).
LA DIGNIDAD DEL HOMBRE
La dignidad le viene al hombre por ser creación de Dios, hecho a imagen y semejanza Suya, allí radica su naturaleza, que es corpórea y espiritual. (5)
El hombre por su origen, fin, naturaleza, vocación y género le deviene una especial dignidad, la cual existe por el hecho de ser imagen perfecta de Dios. El hombre es un ser único e irrepetible, por tanto, es responsable, capaz de autogobernarse y de exigirse religiosa y moralmente para actuar rectamente. La persona humana alcanza como fin último la elevación al orden sobrenatural, redimida por el mismo Jesucristo que murió en la cruz. Así el hombre como realidad compleja que es tiene un fin en la tierra, debe cultivar desarrollar y perfeccionar sus facultades, poniéndolas al servicio de la sociedad (Bien Común) (6).
El hombre por medio de la gracia de Dios puede elevarse a esta dignidad sobrenatural, y por la filiación divina nos hacemos acreedores a la dignidad de hijos de Dios.
El Hombre tiene derecho a unas condiciones básicas de vida que hagan posible su realización como persona, el Estado debe de garantizar estas condiciones básicas para la subsistencia de la raza humana. Como consecuencia de esta dignidad humana, el hombre debe respetar su vida y respetar la de los demás, no puede ser sujeto a manipulación ni puede ser tratado como un objeto sin valor.
IGUALDAD DEL HOMBRE
Todos los hombres tenemos una misma naturaleza, esencia y forma, de tal manera que todos tenemos el mismo valor y dignidad. La naturaleza es siempre humana, la esencia ser imagen de Dios, la forma es el modo peculiar de comportamiento conjuntamente con la parte externa, de tal manera que los hombres podemos tener muchas diferencias accidentales que no afectan a la persona humana porque en la esencia siempre seremos lo mismo, es decir, hijos de Dios. Diferencias que son queridas por la providencia de Dios (7), con el fin de que exista una diversidad de funciones en relación al Bien Común. Porque en la libertad debe de existir diversidad de oficios, de pensamientos, de actividades, para que el género humano pueda unirse y ayudarse mutuamente.
Este principio podríamos llamarlo de la Igualdad de los Hombres y de la Diversidad de Funciones en cuanto Ser. En lo que a igualdad se refiere, la Iglesia siempre ha defendido esta esencial virtud (8). Por otro lado en lo concerniente a diversidad, ella se funda en la solidaridad y la hermandad entre los hombres y los pueblos (9).
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