Concurso sobre la Vigencia de las Ideas de la Doctrina Social de la Iglesia
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Trabajo Coganador del Primer Premio
INTRODUCCíON
El presente trabajo tiene claros objetivos y sublimes fuentes de inspiración. Sus objetivos o finalidades están determinados en el estudio y análisis del contenido de la inmortal Carta Encíclica "Rerum Novarum" del gran Pontífice Romano León XIII, último Papa del siglo diecinueve y heredero de aquel severo problema histórico denominado "la cuestión romana".
Así mismo -dentro de los objetivos- se halla el establecer una ordenada línea cronológica de las diferentes Encíclicas de los Papas del siglo veinte, que suelen conmemorar aniversarios de la feliz aparición de la Encíclica de León XIII, las cuales, en realidad han contribuido a perfeccionar una de las más importantes corrientes del pensamiento universal de la actual centuria: La Doctrina Social de la Santa Iglesia Católica, verdadera expresión del amor y la preocupación de la Iglesia de Roma por el bienestar y progreso de los hijos a Ella confiados por la Divina Providencia e inclusive de aquellos que no son sus hijos.
La riqueza y la excelencia del pensamiento social católico permite al investigador establecer conclusiones, crear abordamientos y diseñar tesis en virtud de todo lo estudiado e investigado. Tales conclusiones se presentaran al finalizar este ensayo.
La inspiración de este trabajo procede fundamentalmente del Magisterio Pontificio -solemne y categórico- luz perenne, que por la fe, sabemos, cuenta con la asistencia de Dios Espíritu Santo. Tan sublime Magisterio y Sacrosantas enseñanzas, a su vez, se nutren de las fuentes eternas del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, tal como lo ha concebido la Tradición Multisecular de la Iglesia de Roma.
RERUM NOVARUM, es el título y las palabras iniciales de la Encíclica del Papa León XIíI sobre la condición de los trabajadores.
Al terminar el siglo diecinueve, se vio ahondarse o hacerse notoria la división de las sociedades cristianas -europeas y americanas básicamente- en un sector social pequeño constituido por quienes poseían y controlaban las fuentes de la riqueza y la vasta multitud de trabajadores oprimidos por la pobreza.
El Papa León XIII escribió en defensa de los trabajadores "a quienes en estos tiempos se les ha entregado, solos y sin defensa, a la inhumanidad de los patronos y a la desmedida codicia de los competidores" decía el excelso Pontífice, demostrando su gran caridad de Padre y Pastor Supremo.
El Papa León previno contra la "solución" socialista de este mal, porque tiende a destruir la propiedad privada y a entregarla a la administración del Estado. La verdadera y cristiana solución -según León XIII- se encuentra en la cooperación entre la Iglesia y el Estado, el patrón y el trabajador. El interés y la autoridad de la Iglesia en la materia de los problemas sociales, procede de los aspectos morales de tales problemas. El Estado -enseñó León XIII- tiene el derecho de salvaguardar la justicia y el bienestar de la sociedad y de sus miembros; patronos y obreros deberán formar asociaciones para protección y beneficio mutuos. La Encíclica RERUM NOVARUM ha sido la inspiradora del pensamiento católico-social contemporáneo y de cuanto se ha escrito a este respecto. Cabe notar, que tan singular Carta Encíclica, ha sido aclamada, aún por los acatólicos, como una de las declaraciones más equilibradas e inteligentes escritas sobre la cuestión social.
En razón de lo anterior -es posible entender- que el espíritu de la Doctrina Social de la Iglesia es -lo que el Papa Pablo VI llamaba en su célebre "POPULORUM PROGRESSIO"- la preocupación por el hombre integral, el ser humano, que, como hijo de Dios, merece desarrollar todo aquello que favorezca tanto a su espíritu -a sus valores éticos cristianos- como a su cuerpo -es decir, a su realidad material, la cual implica, alimentación, vestimenta, vivienda, trabajo digno, salario justo, oportunidades de superación cultural, etc-.
El desarrollo ulterior del Magisterio de la Iglesia sobre la cuestión social, los temas atinentes al mismo y la propuesta de soluciones según el corazón de Cristo Nuestro Señor ha sido llevado por los grandes Papas del siglo veinte. De allí tenemos la importancia histórica y doctrinal de Encíclicas tales como Quadragésimo Anno de Pío XI, la cual amerita un breve comentario. Quadragésimo Anno constituye la primera expresión de la Doctrina Social de la Iglesia en el actual siglo. Esta Encíclica informa profundamente el criterio esclesiástico sobre temas que afectan a las sociedades capitalizadas e industriales que tanto auge o florecimiento han tenido en Occidente Cristiano desde los días de la Revolución Maquinista e Industrial.
Concretamente, Quadragésimo Anno, señala los derechos y las responsabilidades de la propiedad privada, así también sostiene la necesidad de una justa distribución de los beneficios, de manera que los trabajadores puedan obtener mayores garantía económicas; defiende el derecho del trabajador a un salario que le permita vivir decorosamente.
En éste capital documento pontificio, el Papa Pío XI, propone una doble solución a los problemas económicos: Reforma moral y reforma de las instituciones que cada sociedad se ha dado a si misma, para su gobierno y organización. De allí que la Encíclica sugiere especialmente el establecimiento de asociaciones y gremios independientes para la defensa de los intereses de los trabajadores de la industria.
No es posible olvidar, que al gran Pío XI le cupo la gloria de entregar a la Cristiandad otras dos inefables Encíclicas: Caritate Christi Compulsi, que trata precisamente sobre las enseñanzas de la Iglesia frente a los problemas sociales del mundo. (3 de Mayo de 1932) y Divini Redemptoris, la cual contiene la condena oficial de la Santa Iglesia Romana sobre la más perversa doctrina política, social y económica del presente siglo: El Comunismo, ateo y anti-católico. (19 de marzo de 1937).
Así pues, Rerum Novarum y Quadragésimo Anno constituyen las dos grandes luminarias de la preocupación y solicitud de Nuestra Santa Madre la Iglesia en la afanosa búsqueda de un criterio rector en la solución de los problemas profundamente humanos que devienen de la relación entre la sociedad, el capital y el trabajo.
La Doctrina Social de la Iglesia y/o la visión cristiana de la cuestión y la restauración social se ha manifestado desde la Cátedra de San Pedro en múltiples formas y ocasiones. Allí, las inefables enseñanzas de Mater et Magistra y Pacem in Terris del Papa Juan XXIII. Octogésima Adveniens y Populorum Progressio de Pablo VI. Laborem Exercens y Sollicitudo Rei Socialis del Romano Pontífice Juan Pablo II, felizmente reinante en la Iglesia Santa de Dios. Es imprescindible considerar que el sagrado Evangelio de nuestro Divino Salvador Jesucristo y toda la fe y la doctrina salvífica de la Madre Iglesia se asientan en una sola y suprema razón de ser: La caridad, que nos manda amar a Dios sobre todos los halagos del mundo y amar a nuestros hermanos, los hombres. Y así mismo, Evangelio y Doctrina, poseen una importantísima finalidad, principio y fin de toda la verdad cristiana: EL HOMBRE, hijo de Dios, hecho a imagen y semejanza de Dios, redimido por la sangre santísima de Jesucristo. De tal manera que la Doctrina Social de la Iglesia y toda la grandeza del pensamiento Pontificio tiene una vocación completamente humanista. Es la realidad del humanismo cristiano.
Dentro de esta visión humanista y a la vez, teocéntrica, tienen un lugar predilecto, ciertos hijos de la Iglesia: Los Pobres, las enormes comunidades que no tienen más que su trabajo y no ofrecen más que sus fuerzas para tal trabajo. Ahora bien, si los Soberanos Pontífices se han expresado sobre los problemas sodales de nuestro tiempo, cuanto más los Obispos -hermanos del Papa en la gracia del Episcopado- se han manifestado según su Ministerio Pastoral. En Iberoamérica -especificamente- los Obispos constituidos en un gran Colegio, la Conferencia Episcopal Latinoamericana, se han pronunciado sobre el problema social del empobrecido continente iberoamericano: Las Conferencias de Medellín y Puebla, recogen y adaptan el pensamiento social de los Papas en relación a Iberoamérica.
En comunión con el Romano Pontífice, los Obispos Iberoamericanos han llegado a establecer un criterio en el pensamiento social católico: La opción preferencial por los Pobres.
Así, aquello que nació hace cien años en la Encíclica Rerum Novarum hoy está vigente, presente, visible en la realidad del Catolicismo contemporáneo, tan vigente, que nos ha llegado hasta nosotros, los católicos Iberoamericanos, en las Conferencias de Medellín y Puebla. La vigencia o actualidad de la misericordia social de la Iglesia se expresa alabras del Santo Padre Juan Pablo Segundo, en Nueva York, el 2 de ocde 197"9E: l pensamiento y la praxis social que se inspiran en el Evangelio deben tener-especial sensibilidad hacia los más desventurados, los que son extremadamente pobres, los que padecen males físicos, mentales y morales que afligen a humanidad , incluidos el hambre, el abandono, el desempleo y la desesperación. Hay muchas personas que padecen esta clase de pobreza en todo el mundo" El presente estudio se perfila para tratar los criterios esenciales que fluyen de la Doctrina Social de la Iglesia: Propiedad, familia, trabajo, dignidad humana, paz cristiana en la sociedad, capital y trabajo y sobre todo, el Reino de Jesucristo en los corazones y en las instituciones, Reino de Justicia y Fraterni dad Social.
Finalizo esta introducción depositando mi trabajo y con el, mis esfuerzos, entusiasmo y anhelos en el Inmaculado Corazón de María, para que sea Ella, Nuestra Señora Corredentora, quien lo distribuya y destine, a honra suya y a la mayor gloria de Dios.
Enrique del Valle.
CAPíTULO 1
1.- Conceptos fundamentales que parten de la Encíclica Rerum Novarum antes de ingresar al estudio de la misma:
a.- Doctrina Social de la Iglesia. Qué es y en qué consiste. b.- Objetivo de la Doctrina Social de la Iglesia. c.- Que debe entenderse por problema social. d.- Razones por las cuales la Iglesia tiene el derecho y la obligación de intervenir en el problema social. e.- Doctrina Social de la iglesia. Qué es y en qué consiste.
Del conjunto de las sabias enseñanzas y directrices de la Carta Encíclica Rerum Novarum procede el concepto esencial de aquel pensamiento que la Iglesia ha denominado Doctrina Social, la cual puede ser susceptible de ser conceptualizada:
La Doctrina Social de la Iglesia se trata de un conjunto sistemático de verdades, valores y normas que el Magisterio vivo de la Santa Madre Iglesia -fundado en el Derecho Natural y en la Revelación- aplica a los problemas sociales de cada época, a fin de ayudar -según la propia manera de la Iglesia- a los pueblos y gobernantes a construir una sociedad más humana, más conforme a los deseos de Dios sobre el mundo.
Naturalmente que, en este tema, no aparece el dogma de la INFALIBILIDAD PONTIFICA. Sin embargo el Magisterio de los Romanos Pontífices sobre la Iglesia goza de una asistencia especial de Dios Espíritu Santo. Tal asistencia dificulta el error en los criterios papales. Lo anterior se denomina el Magisterio Pastoral de la Jerarquía, el Papa y los Obispos. En razón de este Magisterio, quien o quienes, lo encarnan, pueden dar orientaciones a los fieles católicos para ayudarlos a diagnosticar, ante las nuevas circunstancias históricas, el camino seguro para alcanzar a Dios. El Magisterio Pastoral obliga a los fieles a un asentimiento reverencial, puesto que la Iglesia desea sinceramente la realización del Reino de Dios.
La Doctrina Social de la Iglesia está basada en los documentos pontificios, sobre todo en las Cartas Encíclicas, en los documentos conciliares, en los escritos o pastorales de los Episcopados regionales y nacionales y aún en los documentos de los distintos Obispos, siempre que cuenten por lo menos con el consentimiento tácito de la Sede Romana. De tal manera que la Doctrina Social de la Iglesia procede de la totalidad del Magisterio Eclesial en comunión con la Cátedra de San Pedro.
Este concepto que si bien es verdad la Iglesia lo toma desde la Encíclica inmortal de León XIII, Ella lo ha desarrollado y lo ha hecho vigente a través de estos últimos cien años; tal es así que la Constitución Pastoral "Gaudium et Spes" del Concilio Vaticano Segundo (1962-1965) establece respecto de la Doctrina Social de la Iglesia lo siguiente: "Atenta a los signos de los tiempos, interpretados a la luz del Evangelio y del Magisterio de la Iglesia, toda la comunidad cristiana es llamada a hacerse responsable de las opciones concretas y de su efectiva actuación para responder a las interpelaciones que las cambiantes circunstancias le presentan. Esta enseñanza social tiene pues, un carácter dinámico y en su elaboración y aplicación los laicos (fieles) han de ser no pasivos ejecutores, sino activos colaboradores de los pastores, a quienes aportan su experiencia cristiana, su competencia profesional y científica".
Así pues, la Iglesia enseña que, los Obispos y los fieles, en comunión con el Papa deben procurar establecer la justicia y la caridad en las complicaciones propias de la relación social del hombre, en especial, en el ámbito laboral.
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