Conflicto limítrofe Ecuador -Perú
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La paz es una aspiración universal. No puede haber pueblo civilizado que añore o busque la guerra, por la causa de ella misma. La guerra es el último recurso después de haberse recurrido a todos los medios pacíficos y las instancias jurídicas existentes. El Ecuador busca la paz, pero paz con dignidad y justicia, porque paz con claudicación es vergüenza e indignidad.
Se ha intentado crear en el Ecuador el mito de nuestra debilidad, con el fin de inducirnos a aceptar cualquier acuerdo internacional que nos perjudique. Existe una campaña de concientización en tal sentido. El Ecuador de la década del 90 no es el mismo que el de principios de los 40, y el intento de desarme conduce al debilitamiento del Estado ecuatoriano, considerado al Estado no como "el gobierno", sino la nación jurídicamente organizada.
La nación ecuatoriana es una sola. La configuración étnica del país es mestiza, en todos sus grados, y en diversas combinaciones. Cada mezcla o cada parcialidad indígena, elemento autóctono de nuestro mestizaje, no constituyen naciones ni nacionalidades diferentes, como se ha pretendido desde órganos del Poder Público, atentando contra la nación ecuatoriana y dirigiéndola hacia la confrontación y una final desgregación o desintegración, como ha ocurrido en Yugoeslavia, donde al elemento étnico se añade el religioso.
Los derechos inalienables, irreductibles e indiscutibies de un Estado no prescriben jamás. El pueblo israelita esperó dos mil años para lograr la reivindicación de Jerusalén, su capital, e instalarse en su tierra ancestral, aunque judíos siempre vivieron en el territorio. Mantuvo vivo el Derecho de los judíos, la aspiración de cada uno de ellos, expresada infallablemente cada año, de estar al año siguiente en Jerusalén.
El tiempo que pudo juzgarse obró en contra del pueblo de Israel, por el contrario, afianzó y enraizó su Derecho, que se fue acrecentando generación tras generación, con cada oración del pueblo judío expresada y pedida a Dios como un clamor tanto en Pesaj (la Pascua judía, tan íntimamente vinculada a nuestra religión cristiana, y la que coincidió exactamente con nuestra Pascua, hasta que se puso en vigencia en Occidente el calendario gregoriano); en Yom Kippur (día del perdón), o Rosh Hasahana (año nuevo).
Similarmente, para el Ecuador, el silencio en el reclamo de nuestra depredación territorial es una claudicación, y cada voz que se levanta en defensa del Derecho ecuatoriano vulnerado, constituye un paso adelante en la vía de la reivindicación de nuestro territorio. No importa la ubicación social, económica, profesional del ecuatoriano. Interesa únicamente su amor, lealtad patria, y su afán de sacrificio para obtener lo que los judíos consiguieron dos mil años después: justicia en su despojo territorial.
Para amar la propia patria no hay que tener cabeza fría, sino el corazón ardiente de amor hacia ella; y sobre todo, hay que sentirse nacional del país a que se pertenece. En nuestro caso, ecuatorianos. Sólo quienes la aman están dispuestos a entregar la vida por la Patria; los otros, piensan únicamente en beneficiarse de ella. Las palabras del presidente John F. Kennedy corresponden a cada nacional del país que fuese:_ "Decidme… ¿Qué puedo hacer yo por mi propio país?".
No caben lamentaciones sobre nuestra inferior condición bélica. Las FF.AA. de nuestro país deben ser una poderosa fuerza disuasiva contra los ataques de un vecino que habla palabras de buena voluntad, pero sus hechos las desdicen o desmienten. Aprendamos de la historia, y no nos lamentemos tardíamente del error de creer en palabras falsas.
Quienes pretenden ratificar el despojo peruano de los territorios ecuatorianos, dándoles algún viso de legalidad, no son juristas, porque lo que es nulo de nulidad absoluta no puede ser validado jamás. Las FF.AA. de todo país tienen la razón de ser en la defensa del territorio patrio. Si ellas no pueden defenderlo, o pierden la voluntad de hacerlo, condenan a su país a la desaparición. "Sin fuerza militar no hay Patria". Velasco Ibarra.
Según el Dr. José María Velasco Ibarra, palabras recogidas en la obra "Misión y esencia de las Fuerzas Armadas", discursos del ex Presidente citado publicas por el Ministerio de Defensa- Nacional ecuatoriano el año 1993, pág. 25: "La misión de las FF.AA. consiste en "salvar la nacionalidad, salvar la patria como entidad histórica, como entidad tradicional llamada en el presente a forjar el futuro". ¿Qué futuro se pretende con FF.AA. mutiladas, disminuidas o desposeídas de poder?.
"Una vez oí decir: el Ecuador es un país pequeño, no puede figurar militarmente, que figure en la literatura, que figure en el artesanado, que figure en el arte, que figure con el pretil de San Francisco, que figure con la Iglesia de la Compañía de Jesús, que figure con sus glorias artísticas. Yo no estoy de acuerdo con esto. Una patria es un complejo de factores que los unos complementan a los otros.
Grecia fue grande y sabia mientras el ejército supo garantizarle su grandeza. Cuando Grecia sintió la bota triunfadora del extranjero, desapareció la grandeza de Grecia (y la nación misma). Roma fue grande cuando sus huestes militares supieron garantizarla; el momento que el bárbaro descompuso a Roma, la sabiduría jurídica de Roma se descompuso también.
La Patria toda se complementa; si queremos un Ecuador artista, sabio, de grandes ideales, tengamos también un Ejército fuerte, creando y manteniendo la Patria, y sepa por obra de ella infundir gloria en los letrados, en los poetas y en los sabios". Hasta aquí la cita de Velasco Ibarra, la obra antes citada, págs. 23 y 24. ¿Es que el Perú ha devuelto lo que tomó recientemente, esto es Pachacutec? ¿Es que respetó alguna vez el acuerdo de caballeros?. ¿Ha entregado Paquisha, Mayaicu y Machinaza, que sangre y dinero costaron al Ecuador?. ¿Puede explicar Perú cómo de la orilla oriental de la Cordillera del Cóndor, se ha ubicado en su cima?. ¿Qué arreglo pacífico cabe ante los intentos de invasión continuas a través de la historia?.
Los internacionalistas ecuatorianos carecen, en su mayoría, de la visión histórica de la actitud peruana en sus relaciones con el Ecuador. ¿Cuándo ha retrocedido voluntariamente el Perú?. Lo hizo ante el poder de la Gran Colombia, dirigido nuestro ejército por el Mariscal Antonio José de Sucre, Mariscal de Ayacucho, y a quien le debe -y no lo reconoce- su independencia el Perú. La Constitución Política de un país, es la Ley primera o fundamental, y a la que debe ajustarse todo el ordenamiento jurídico en la circunscripción territorial en que rige. La Constitución Política de la República del Ecuador (Codificada mediante Ley 25, publicada en el R.O. NQ 183 de 5 de mayo de 1993) y ella establece en el art. 140 lo siguiente: "La Constitución es la Ley suprema del Estado. Las normas secundarias y las demás de menor jerarquía deberán mantener conformidad con los preceptos constitucionales. No tendrán valor alguno las leyes, decretos, ordenanzas, disposiciones y tratados o acuerdos internacionales que, de cualquier modo, estuvieren en contradicción con la Constitución o alteraren sus prescripciones".
El art. 1 Q de la Constitución Política, inciso 5 Q dice: "El territorio (ecuatoriano) es inalienable e irreductible. Comprende el de la Real Audiencia de Quito con las modificaciones introducidas por sus tratados válidos, las islas adyacentes, el Archipiélago de Colón o Galápagos, el mar territorial, el subsuelo y el espacio suprayacente respectivo".
El Ecuador ha expresado siempre, y ha vivido de acuerdo a su vocación pacifista. Repudia, por lo tanto, el uso o amenaza de la fuerza, como fuente de Derecho, y si lo repudia para todos, con mayor razón para su propio Estado.
El Art. 3° de la Constitución Política del Estado afirma: "El Estado ecuatoriano proclama la paz y la cooperación como sistema de convivencia internacional y la igualdad jurídica de los Estados; condena el uso o la amenaza de la fuerza como medio de solución de los conflictos y repudia el despojo bélico como fuente de Derecho. Propugna la solución de las controversias internacionales por métodos jurídicos y pacíficos y declara que el Derecho Internacional es norma de conducta de los Estados en sus relaciones recíprocas…." El Ecuador se ha sujeto siempre a las normas del Derecho Internacional Público e Internacional Americano. El art. 3º de la Constitución del Ecuador, parcialmente transcrito somete al país a los Tratados y acuerdos internacionales suscritos válidamente por el Ecuador. Si bien es verdad que la Sociedad de Naciones fracasó, no pudiendo detener la II Guerra Mundial, por su inacción y la de las potencias europeas de entonces, ante los abusos y avances del dictador nazi, Adolf Hitler, ante las naciones vecinas desprotegidas. Por aquella misma época, contando el Perú con asesores del Eje, invadieron al Ecuador, sin que medie declaratoria de guerra previa, haciendo de su acción, un acto de vandalaje.
Las Naciones Unidas, a pesar de sus limitaciones, han conseguido mantener una situación de país relativa en el mundo, y no se ha dado en los últimos 45 años una conflagración mundial.
La institución se formó en San Francisco, Estado de California, en los Estados Unidos de América, en 1945, representando al Ecuador el Dr. Camilo Ponce Enríquez, quien había negociado con el Perú, y ante el Gobierno de los EE.UU. un arreglo amistoso y digno que devolvía los territorios que hasta entonces Perú retenía arbitrariamente. El Perú hábilmente como sabía que perdería en Derecho la reclamación se retiró de la Conferencia, y el dictador Enrique Gallo, cediendo a las artimañas de los peruanófilos infiltrados, como ocurre hoy día, en el país, llamó a sus representantes en Washington, preparando Perú el camino para la invasión de 1941.
Existen acciones válidas para la reivindicación de nuestros Derechos. Las Naciones Unidas es nuestro foro natural. El Ecuador cree en la paz mundial, y en la justicia. El Protocolo de Río de Janeiro es nulo, de nulidad absoluta, y no requiere de declaratoria para su nulidad. Lo que Ecuador debe exigir es la devolución de su territorio.
Lo que nace nulo, es siempre nulo, y no puede ser validado por ratificación posterior. Ecuador debe presionar a la comunidad internacional para que actúen sobre Perú y devuelvan los territorios ecuatorianos, que desde tiempos inmemoriales forman parte de lo que es Ecuador, antes Departamento del Sur de la Gran Colombia, y mucho antes Real Audiencia de Quito, Presidencia de Quito, Reino de Quito.
La Costa ecuatoriana ni la vastísima región amazónica ecuatoriana jamás perteneció al Incario. La Sierra le estuvo sometida parcialmente y durante 2 generaciones únicamente. Por unión de sangre con una princesa shyri (quiteña) el último Inca fue quiteño.
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