Crimen Organizado Econ?mico Financiero y sus Filtros Sistem?ticos
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I. PLANTEOS INTRODUCTORIOS
1. En trabajos publicados tiempo atrás referidos a la Delincuencia Organizada hemos señalado que sus actividades no pueden aprehenderse adecuadamente -menos aún en Latinoamérica – si no son analizadas en un contexto socio-económico cultural dado, o sea, como un sub producto de la estructura general del sistema .
Partiendo de esa base percibimos que el Delito Organizado puede y debe ser observado desde una doble perspectiva complementaria: a través de un análisis clínico -sintomatológico de las aristas que lo definen y por
medio de un análisis tomo gráfico profundizando en el conocimiento de
los mecanismos involucrados en cada una de sus operaciones.
2. (Análisis Clínico). El empleo del análisis clínico nos permite un primer nivel de acercamiento de ponderación externa de estos fenómenos por medio de sucesivas variables, a saber:
2.1 Nivel de la "amenaza" (visualiza la gran dañosidad material y social que revisten sus actividades). Hemos expresado en anteriores trabajos que el análisis de la amenaza implica el estudio y evaluación de lo que el de lito organizado y sus actividades cuestan a la colectividad directa o indirectamente. La estimación de estos costos conduce, en principio, a la identificación de aquellas operativas que encierran mayor grado potencial de dañosidad material y social.
En tercer lugar, se ha sostenido que el manejo de las cifras deben relativizarse en los países del tercer mundo, en los cuales muchas de las operativas solo tienen efectos derivados. Al respecto podemos recordar que criminólogos como J.W. ROBSON y MARY McINTOSH (4) considera que los "costos directos" del crimen organizado solo lo sufren los países industrializados. En el mismo sentido, el profesor ZAFFARONI expresa que el crimen organizado va unido al desarrollo pues solo puede surgir en sociedades complejas (5). No compartimos el criterio del eminente Maestro latinoamerica no. Diversos estudios e incluso la propia realidad se han encargado de demostrar lo contrario. Ya en 1992 VASILIJEVIC (6) resaltaba el incremento aritmético del monto de las sumas involucradas en actividades de la delincuencia organizada en los países del Este y en América Latina. En nuestro continente y en los últimos años un sinnúmero de rigurosas investigaciones de campo han confirmado esa aseveración. El análisis de la realidad de Colombia, Paraguay o de las grandes urbes de Brasil ha puesto en evidencia la estrategia coordinada de diversos grupos delictivos no convencionales, la conexión operativa de sus mandos ejecutivos y el frecuente empleo de los mismos cuadros de asesoramiento y redes de intercambio (networks ilícitos). Por su parte, SEVERIN, refiriéndose a las formas organizadas de extra delincuencia económica, confirma esta tesitura manifestando que las formas de criminalidad organizada macroeconómicas no son en absoluto exclusivas de las economías conocidas como desarrolladas. Muy por el contrario, es a su juicio en los países subdesarrollados donde cohabitan mas frecuentemente las manifestaciones de desviación estructural propias de la marginalidad (cuantitativamente preponderantes) y estas otras propias de quienes detentan el manejo irregular (ilícito u objetivamente abusivo) de ciertos resortes del mercado, sin duda cualitativa mente más significativas. Los porcentajes estadísticos de este tipo de criminalidad pueden variar en los países subdesarrollados, no así su significación social y económica pues se encuentra en la esencia de la extracriminalidad el volumen del daño.
2.2 Estudio de la variable "agresividad", atendiendo con ello al dominio de medios y al alto grado de tecnificación característica de la actual delincuencia organizada.
Cuando hablamos del factor agresividad, estamos pensando en el estudio de las tendencias -en mayor o menor grado- conservadoras, innovadoras o expansionistas, de los diferentes grupos delictivos y de sus actividades. El accionar de estos grupos nos muestra que algunos son más activos, más inclinados a renovar operativas, mientras que otros se muestran más conservadores, procuran evitar cambios e introducirse en nuevas formas de delincuencia. No obstante, debe hacerse una precisión: aún los grupos más renuente s a innovar en sus actividades no tienen rigidez operativa sino gran flexibilidad dentro de su ramo preva1ente de actividad.
La flexibilidad en toda circunstancia es un requisito inexorable para la sobrevivencia de estos sindicatos delictivos (8).
En este ámbito son múltiples las referencias de los estudiosos al "factor innovación", "capacidad de adaptación" y "ajuste estratégico" propias de la criminalidad organizada. También debe tenerse presente que las tendencias conservadoras o innovadoras de las organizaciones criminales no solo se vinculan a la posibilidad de aumentar las ganancias sino también a la mayor o menor eficacia de los niveles de control social e incluso a la eventual burocratización relativa de los propios cuadros de los sindicatos criminales e). 2.3 El estudio de la red, que incluye la coordinación de actividades, la estrategia global y el grado de transnacionalización de sus actividades. Bajo esta óptica se trata de determinar y esclarecer la intrincada maraña de enlaces y asociaciones, las posiciones individuales y recíprocas, las interacciones de todos los miembros conocidos de las organizaciones de delincuentes de un sector dado, así como los esquemas de conexión de cada grupo con otros grupos y otras actividades en el mismo sector o en otro, no necesariamente ilegítimo. En otras palabras, este nivel de análisis nos permite comprender, por un lado, los enlaces existentes entre los diferentes actores y segmentos del crimen organizado, los relaciona miento s y vínculos entre el sector del crimen organizado y los cuadros legítimos de la vida social, económica y política de la comunidad; y por otro lado, posibilita calibrar el real alcance de otras tres características esenciales que tienen los sindicatos del crimen organizado: la coordinación, la estrategia global y la transancionalización de sus actividades. Esta última constituye uno de los más relevantes filtros sistémicos de tipo operativo y entre ellos será tratada.
En cuanto a la coordinación de actividades podemos expresar sintéticamente algunas ideas. La existencia de una "organización", característica central de estas agrupaciones informales, implica que debe existir necesariamente un nexo idóneo al fin propuesto entre las diferentes ramas o segmentos que integran el grupo criminal, una inequívoca relación de subordinación y coordinación que se traduce en unidad de decisión operativa del grupo, aún cuando eventualmente diversificada según los sectores involucrados. Esta conformación organizada no siempre aparece con claridad frente al común de los observadores. Es más, está probado que en muchos países y regiones, los sindicatos criminales procuran exteriorizar una cierta "apariencia inorgánica" o "anómica" de sus actividades y desdibujar la estructura real de sus mandos, como sucede, por ejemplo, en Japón o Francia ea). La estrategia que en anteriores trabajos hemos llamado "verticalidad difusa" busca simultáneamente la diversión de los esfuerzos de los portadores del control punitivo formal y baja r o mantener acotados los niveles de reacción de la opinión pública frente a sus actividades (11).
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