La buena economía y el ordenamiento del derecho
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RESUMEN:
La Economía y el Derecho tienen un parentesco que se basa en un pedigrí inestimable de ideas y principios. N tanto que la Economía tiene que ver con el ordenamiento que rige la realidad de la conducta humana, el Derecho se basa en las normas que se despenden de tal ordenamiento. La escuela Austriaca del pensamiento económico es la que en forma asidua y certera ha buscado la vinculación con el Derecho, toda vez que su pensamiento es universal y no está limitado por modelos matemáticos, o enfoques específicos respecto de las instituciones de la sociedad de humanos. Para mejor entender dicha vinculación simbiótica entre las disciplinas es menester hacer un recorrido por las ideas que predominan en la “buena “economía, fuere aquellas referentes al mercado como foro de las transacciones individuales y colectivas, a la Firma como agente del mercado, y al estado como ente que puede facilitar o trabar los mecanismos de la buena economía.
Palabras claves:
Ordenamiento. Mercados y sus agentes. Estado-Sociedad-Mercado. Tiempo. Regulación de las actividades productivas. Políticas públicas. Poder. Proceso de decisión. Intervencionismo. Ejercicio de la libertad. Inseguridad jurídica. Antagonismo y convergencia.
SUMARIO:
I.- Introducción: El ordenamiento económico y el derecho.- II.- El derecho y la economía: Raíces comunes en la historia.- II.1.- El pensamiento de Bastiat.- II.2.- Carl Menger y los orígenes de la Escuela Aus-tríaca.- II.3.- La síntesis sistémica de Rothbard.- III.- La noción del mercado: Las decisiones indivi-duales y las transacciones colectivas.- III.1.- La Economía y el Comportamiento Humano.- III.2.- Conceptos Universales.- III.3.- La Acción Individual y el Mercado: Foro Privado y Foro Público.- III.4.- La Utilidad y La Formación de los Precios.- III.5.- El Ahorro, La Inversión y El Consumo.- IV.- LOS AGENTES DEL MERCADO: LA FIRMA.- IV.1.- El Mercado de la Firma: Abstracciones y Realidades.- IV.2.- Mercados Concentrados: Apariencias, Realidades, y Evolución en el Tiempo.- IV.3.- Costos e Ingresos Marginales.- IV.4.- El Valor de la Información: Asimetrías y la Inteligencia del Mercado.- IV.5.-La Función Social y Económica de la Firma.- IV.6.- Empleo y Equidad: Equilibrio Inestable.- IV.7.- Externalidades de la Firma: La Contaminación Ambiental.- V.- DEL ESTADO Y EL MERCADO: ANTAGONISMO Y CON-VERGENCIA.- V.1.- Estado y Mercado – Nociones Anta-gónicas.- V.2.- Pautas de Convergencia entre el Estado y el Mercado.- VI.- LA ECONOMÍA FINANCIERA: MONEDA, CREDITO Y EXPANSIÓN ECONÓMICA.- VI.1.- La Creación del Dinero.- VI.2.- Del Sucre al Dólar: Los Efectos Nefastos de la Discrecionalidad.- VI.3.- La Hoja de Vida de la Dolarización.- VII.- LA BUENA ECONOMÍA EN EL DISEÑO DE LA POLÍTICA PÚBLICA.- VIII.- CONCLUSIÓN: LA BUENA ECONOMÍA, LA EQUIDAD Y EL BIENESTAR INDIVIDUAL Y COLECTIVO.-
I.- INTRODUCCIÓN: EL ORDENAMIENTO ECONÓMICO Y EL DERECHO.-
La frase que cito resume, en mi criterio la convergencia y la divergencia entre las disciplinas del Derecho y la Economía, y respecto de lo cual es mi propósito establecer el marco dentro del cual las dos deben desenvolverse. Mi propósito es el de esbozar aquel “ordenamiento” del que habla Hayek, elaborando los conceptos que sustentan al mercado y sus agentes, y planteando la discusión sobre los antagonismos naturalmente existentes entre las instituciones del mercado y las del estado.
La Economía es una disciplina que trata del comportamiento humano en razón de la escasez de los recursos, incluyendo el recurso más escaso e irrecuperable de todos que es el tiempo. Como ciencia es un cuerpo de conocimiento positivo, esto es verificable en forma objetiva y experimental. El Derecho, cuyas normas también deben originarse en la conciencia de la escasez de los recursos (lo que lamentablemente pareciera estar en tela de duda muy a menudo) no es una ciencia positiva sino un cuerpo de conocimiento normativo, el cual puede o no estar vinculado con la realidad objetiva de la economía.
Existe una tradición importante que vincula al Derecho y a la Economía, y ha sido la Escuela Austríaca la que ha fortalecido tales lazos a lo largo de 130 años y cinco generaciones de Economistas. Entretanto la economía de mercado, inclusive en aquellos países que se reconocen asimismo como capitalistas, ha sido marcada por la intervención creciente de los gobiernos en ámbitos que sobrepasan con creces la concepción original del estadonación: empezando con el monopolio sobre la legislación hacia la regulación de las actividades productivas, la intermediación en los mercados, y el control creciente de las personas cuya privacidad ha sido seriamente erosionada en la era de las comunicaciones instantáneas.
El orden de este trabajo parte de la reseña histórica de los vínculos de la Economía y el Derecho para luego encarar el análisis y definición de lo que es la Economía y el mecanismo del mercado a fin de entender su operación y el tratamiento de la Firma como agente de mercado. Posteriormente consideraremos al Estado como agente y antinomia del mercado para argumentar las consecuencias del choque que se produce cuando se violenta la lógica de la Economía.
Finalmente, estoy convencido de que en el Ecuador nunca ha logrado enraizar la filosofía del mercado, no obstante la retórica política de moda que habla de una “larga noche neoliberal” que existe en la imaginación de quienes son antagónicos al liberalismo. Los estudiosos del Derecho, apegados o no a la filosofía liberal, tendrán sus propias apreciaciones por lo que espero sembrar la semilla de la discusión académica que sigue siendo la más útil y trascendente forma de expresión del ámbito universitario.
II.- EL DERECHO Y LA ECONOMÍA: RAÍCES COMUNES EN LA HISTORIA.-
Hay raíces comunes que son compartidas entre la Economía y el Derecho que es menester rescatar si habremos de entender las divergencias aparentes entre las dos culturas y entender que, contrario sensu, la buena ley y la buena economía son las dos caras de la misma moneda, y que la conjunción de ambas disciplinas constituye las causas suficientes y necesarias para el bien vivir en sociedad, y la búsqueda de la prosperidad como individuos.
En un ensayo publicado en el Journal of Libertarian Studies, Josef Sima, Sub-decano del Departamento de Política Económica de la Universidad de Economía de Praga argumenta que la confluencia de estudios entre el Derecho y la Economía tiene larga raigambre. Adam Smith, en su obra La Teoría de los Sentimientos y de la Moral así como en su magnum opus La Riqueza de las Naciones anunció la producción de un tratado que trataría sobre “un sistema de esos principios que deberían predominar y constituir los fundamentos de las leyes de todas las naciones”. Otras figuras de los siglos XVIII y XIX que incluyen a Jeremy Bentham, originador del pensamiento liberal, John S. Mill y George Marshall estudiaron los temas de la propiedad privada y la tenencia de tierras en vertientes de pensamiento que asimilan el estudio del Derecho y la Ley en el análisis de los temas económicos.
II.1.- El Pensamiento de Bastiat.-
El pensamiento económico liberal le debe mucho a Frederick Bastiat (1801- 850). Bastiat, un economista francés tan influyente como ignorado, escribió entre otras obras de nota La Ley en 1850, un volumen que pese a su reducido tamaño, es uno de los ensayos más influyentes que trata sobre la confluencia de la Economía y el Derecho.
Para definir la Ley Bastiat argumenta que los seres humanos poseen tres derechos naturales (dados por Dios) que son la defensa de la persona, de su libertad y de su propiedad, y que por ser consustanciales a la condición humana la preservación de cualquiera de ellos depende de la preservación de los otros dos. Por tal suerte, si cada persona tiene el derecho a defender –aun cuando fuere por la fuerza- su persona, su libertad y su propiedad, por extensión la sociedad tiene el derecho de organizar y apoyar la existencia de una fuerza común que proteja estos derechos. Es por ello que el derecho colectivo, y su legitimidad que está consagrada en la Ley, se origina en el derecho del individuo, y la fuerza común (la Ley) protege este derecho colectivo. Por lo tanto, concluye, si un individuo no puede usar fuerza para destruir los derechos de otros sin romper la Ley, ésta no puede ser utilizada como un instrumento para atentar contra la persona, la libertad o la propiedad de cualquier persona. La Ley, es por lo tanto la organización colectiva que promueve la defensa legítima del derecho individual.
Bastiat lamenta no obstante que se ha destruido el propósito de la Ley al ser ésta empleada para abolir la justicia que está llamada a servir. Esto ha ocurrido cuando se han violentado los límites entre los derechos (persona, libertad y propiedad) que es función de la Ley es defender; se ha puesto a la fuerza colectiva (la administración de la justicia, por ejemplo) al servicio de quienes tienen el deseo de explotar, sin riesgo y sin escrúpulos, a la persona, la libertad y la propiedad de otros. La Ley se ha convertido en un instrumento de defensa del transgresor, y se ha menoscabado la defensa legítima de quien ve afectados sus derechos. Bastiat llega al punto de afirmar que la justicia exacta (positiva) es algo tan definitivo que si la legislación solo tuviera en mente el servicio de la justicia, ésta sería virtualmente inmutable, y variaría solamente en cuanto a los medios que se utilicen para preservar la protección efectiva de las personas y de sus derechos. Si este fuera el caso, los gobiernos cumplirían su función y cometido en la medida que prevengan y repriman el fraude, la delincuencia, el crimen y los actos de violencia, en vez de disiparse en otras funciones que son extrañas a su razón de ser y función esencial.
La piedra angular del pensamiento de Bastiat y su contribución junto con otros economistas franceses, fue la noción de “armonización” que, resumida, establece que la Ley (y por lo tanto el Derecho) tienen un impacto directo sobre la Economía, de la misma forma que la Economía (cuyos fundamentos nacen en la noción de la escasez de recursos) tiene sobre la Ley cuando condiciona sus límites y posibilidades. Sostuvieron los pensadores de la armonización que todas las esferas de la vida en sociedad deben estar abiertas a la competencia puesto que la calidad de la Ley no se produce por generación espontánea.
El abandono progresivo del pensamiento de Bastiat ocasionado por el surgimiento de las ideas socialistas fue acompañado con el incremento en el número de economistas (de dudosa reputación académica) en las universidades estatales, lo que deterioró el pensamiento económico el cual fue infiltrado cada vez más por ideas que ensalzaban el intervencionismo y protagonismo del estado en la economía. El resultado, analizado por Joseph Salerno en uno de sus ensayos más influyentes, fue que se dejó de utilizar los preceptos de la “buena economía” para producir “buenas leyes” y se adoptó los preceptos de la “mala economía” para producir “malas leyes”.
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