Derecho a la Protesta Social y Principio de maximización de la riqueza
Autor: Ab. Mariano LANDRY
PALABRAS CLAVES:
Protesta Social. Sectores desaventajados. Cortes de ruta, Política económicas y sociales neoliberales. Reestructuración industrial. Proceso de desindustrialización. Maximización de la riqueza. Libre desenvolvimiento del flujo económico. Justicia correc-tiva. Ideología jurídica.
INTRODUCCIÓN
En el presente trabajo versa sobre algunas ideas vinculadas a las consecuencias que en el ámbito de la economía y de la justicia se generan por una protesta social enmarcada en la interrupción de una vía de tránsito (corte de ruta), en un sistema político democrático. Específicamente, de qué manera se vincula ese modo de expresión pública con el principio de maximización de la riqueza propuesto por el juez estadounidense Richard Posner. Me interesará resaltar los casos donde los protagonistas resultan sectores desaventajados de la sociedad, como ser los trabajadores desocupados de Argentina en la última década del siglo pasado.
I.
Identifico los ‘cortes de ruta’ como una herramienta de visibilización por medio del cual un grupo social desaventajado se expresa en repudio o en rechazo a un determinado acontecimiento o circunstancia, que de persistir o de no modificarse, lo perjudica ostensiblemente. Bajo dicha metodología de intervención pública, un importante sector de la sociedad que se vio seriamente afectado por las políticas económicas y sociales neoliberales que prevalecieron en la década de 1990 en Argentina, optó para hacer un llamado de atención a las autoridades democráticamente elegidas en esos años.
Resulta necesario efectuar una concisa reseña histórica para introducirnos al contexto del modo de expresión popular a analizar en este trabajo. Para ello recurro a la pluma del economista e investigador Eduardo Basualdo que al desarrollar un examen sobre la distribución de la riqueza y los niveles de ingreso en la Argentina, señala que en los primeros años de la última dictadura militar (que fue de 1976 a 1983), la concentración del ingreso avanzó, exclusivamente, mediante una brutal caída del salario real promedio. Luego, en la década del ochenta comenzó a incidir la desocupación y, más aún, la subocupación de la mano de obra. Finalmente, durante la década del noventa, si bien se acentuó la contracción salarial, la principal vía de la reducción de la participación de los asalariados en el valor agregado, fue el explosivo crecimiento de la desocupación y de la subocupación de la mano de obra. Todos esos fenómenos desencadenaron los inusitados niveles de pobreza extrema que irrumpieron en esos años. Este proceso se expresó, en una creciente heterogeneidad de la clase trabajadora, que estuvo estrechamente vinculada a la profunda reestructuración industrial. Por otra parte, el traslado o erradicación de los grades establecimientos productivos que estaban ubicados en las zonas tradicionales (Gran Bs. As., Rosario o Córdoba), tendieron a consolidar el proceso de desocupación y marginalidad social en los lugares de origen porque, si bien se trasladaron o desaparecieron las plantas industriales, no ocurrió lo mismo con los trabajadores que hasta ese momento estaban ocupados en ellas. De ese proceso emergió entonces otro estrato dentro de la clase trabajadora, que son los desocupados. En consonancia con la profundización del proceso de desindustrialización y la privatización de las empresas estatales, los trabajadores desocupados devinieron en uno de los estratos más dinámicos en las luchas sociales que se desplegaron durante los últimos años de la convertibilidad .
Los cortes de ruta como modo de protesta se distinguieron en nuestro país durante la década de 1990 y los primeros años de la siguiente. La falta de empleo y la ausencia de una política económica y social que diera respuesta a ello fueron el terreno fértil para el surgimiento de organizaciones de trabajadores y trabajadoras desocupados que, no por casualidad, comenzaron a manifestarse, primero en forma aislada y luego coordinada y organizadamente, en aquellos sectores del país donde las empresas estatales cobijaban otrora a buena parte de la población económicamente activa y desde ya a sus propias familias (Cutral Co, en la provincia de Neuquén, General Mosconi en la provincia de Salta, y el Gran Buenos Aires).
Ante la sordera del gobierno nacional y de los provinciales, esos sectores encontraron en el ‘corte de ruta’ la manera de dar a conocer un reclamo, de manifestar su desacuerdo con las escasísimas opciones que se les presentaban para continuar subsistiendo. Como trabajadores desocupados la huelga no es asequible.
Desde el primer corte de la ruta nacional 22 en la provincia de Neuquén realizado entre el 20 y el 26 de junio de 1996, la interrupción del tránsito en rutas y arterias urbanas se convirtió en la principal modalidad de protesta que, en una suerte de efecto dominó, se derramó por toda la geografía nacional. Las estadísticas indican que en 1997 se realizaron 140 cortes de ruta, 51 en 1998 y 252 en 1999 […] 514 en el año 2000, 1.282 en 2001 y 2.334 en 2002. El crecimiento de esta forma se correspondió con diversos intentos gubernamentales de limitarlos ya sea mediante la negociación, el procesamiento y detención de dirigentes o la represión directa a los manifestantes .
Claramente que esa forma de expresión lejos de está de ser cómoda para el resto de la sociedad. La interrupción del tránsito impide tanto el paso de vehículos particulares, como del transporte público y el comercio de mercadería.
II.
Es indudable el importante papel que juega la circulación de las mercancías en una economía capitalista . Por medio de los procesos de intercambio y de comercialización se condensa el juego de la oferta y la demanda, núcleo constitutivo del modo de producción capitalista. Dichos procesos, caracterizados como libres desde este sistema, se ven truncados por la interrupción en el tránsito. Con ello los réditos económicos que en expectativa poseen quienes dominan las actividades productivas también se coartan.
Puntualmente, podemos reconocer las siguientes consecuencias económicas al corte de ruta:
1) Impide la circulación de mercancías y con ella su retardo a la llegada a los sitios de comercialización (al mercado);
2) Demora el comienzo de la actividad productiva;
3) Reduce el salario de algunos trabajadores, a quienes sus empleadores sancionan por arribar tarde a su lugar de trabajo;
4) Impide el paso del transporte público.
5) Genera desabastecimiento de productos en el mercado.
Con sólo mencionar cinco consecuencias podemos observar de qué modo el ‘corte de ruta’ atenta contra la idea de la maximización de la riqueza propuesta por Richard Posner al postularla como principio ético en su trabajo Utilitarismo, Economía y Teoría del Derecho .
La riqueza, enseña Posner, es el valor en dólares, o equivalente en dólares, de cuanto hay en la sociedad. Se mide por lo que las personas están dispuestas a pagar por algo o, si ya lo poseen, lo que piden en dinero por renunciar a ello.
En un sistema de maximización de la riqueza el único tipo de preferencia que cuenta es aquel respaldado por dinero, o de otro modo, que se registra en un mercado.
En esa línea, nuestro autor postula la existencia de un mercado hipotético y lo ilustra con la siguiente situación:
Compárense dos situaciones.
En una de ellas, le ofrezco cinco dólares por una bolsa de naranjas, usted acepta y el intercambio se consuma. Podemos estar seguros de que la riqueza de la sociedad ha aumentado. Antes de la transacción usted tenía una bolsa de naranjas cuyo valor para usted era inferior a cinco dólares, y yo tenía cinco dólares; después de la transacción usted tiene cinco dólares y yo tengo una bolsa de naranjas cuyo valor para mí es superior a cinco dólares. Medidos por el valor monetario que atribuimos a los bienes en cuestión, ambos somos más ricos.
Sin embargo supóngase que en vez de comprarle las naranjas, sin querer las piso. Un tribunal que aplicara la fórmula Hand para la responsabilidad por negligencia preguntaría si el costo que tendría para usted el accidente es mayor o menor al beneficio que yo habría obtenido en la actividad en cuyo desarrollo se produjo el accidente.
Para responder a la pregunta, el tribunal tendría que pronunciarse sobre el valor que tenían para usted las naranjas, y sobre el valor que tendría para mí caminar deprisa, y así sucesivamente…los tribunales pueden aventurar con razonable precisión cual sería la asignación de recursos que maximizaría la riqueza” . En ese momento se inscribe el mercado hipotético, cuando no es posible conocer directamente los costos de transacción, como sucede luego de una operación real de mercado. Así, el tribunal corrige las fallas y reasigna los recursos, o sea los derechos, en forma eficiente.
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