DERECHO DE LA INTEGRACIÓN: TENDENCIAS TEÓRICAS EN EL CONTEXTO LATINOAMERICANO
INTEGRATION LAW: THEORICAL TENDENCES IN THE LATIN AMERICAN CONTEXT
AUTOR: ZACARÍAS MIGUEL ISSOLIO
RESUMEN
El objeto de estudio de esta investigación de carácter descriptivo, se centró en las diversas corrientes teóricas que influyen en el proceso de integración latinoamericano, y para abordarlo, se estableció una metodología basada en las técnicas analítica, descriptiva y comparativa con un enfoque cualitativo, donde se ha realizado la recolección de información científica de datos empíricos a través de técnicas indirectas de análisis del material empírico reunido, conformado por trabajos de doctrina especializada, referida a las relaciones internacionales y el derecho de la integración, identificando el pensamiento de distintos autores sobre la evolución del proceso latinoamericano.
Como resultado del análisis se pudo concluir que actualmente en el ámbito latinoamericano, existe una conceptualización eurocéntrica para interpretar las relaciones internacionales y explicar el fenómeno de la integración, como lógica consecuencia del avanzado estado de evolución en las etapas del proceso integracionista europeo. Sin embargo, el fenómeno de la integración debe ser abordado teóricamente teniendo en cuenta la realidad socioeconómica, política y cultural de la región, y en ese contexto se intentó crear un marco interpretativo que tenga en cuenta las variables propias de la realidad regional.
PALABRAS CLAVE: Integración regional, teoría de las relaciones internacionales, América Latina.
INTRODUCCIÓN
En América Latina, el fenómeno de la integración fue abordado desde las incongruencias teóricas con relación al contexto del continente, por lo que se intentó crear un marco de interpretación teniendo en cuenta las variables propias de la realidad regional.
En este sentido, debemos destacar la reflexión hecha por Raúl Prebisch hace más de cuarenta años:
“No cabe pues interpretar los fenómenos del desarrollo latinoamericano valiéndose en forma incondicional de teorías que corresponden a una realidad histórica intelectual. De ningún modo podría prescindirse de la experiencia ajena, del pensamiento que en otras partes se ha elaborado y se sigue elaborando. Lo auténtico y original no significa insensata actitud de suficiencias. Pero hay que examinar lo que se piensa afuera con gran sentido crítico y con un espíritu selectivo que escapando al remedio artificioso permita tomar de la experiencia universal lo que tuviere de positivo y aprovechable”. (Gurrieri, 1982)
Gurrieri, 1982
En este contexto, repasaremos algunas de las corrientes teóricas que influyen en el proceso de integración latinoamericano y como estas han influido en la interpretación de las relaciones internacionales y en los procesos de integración regional.
TEORÍAS ESTRUCTURALISTAS EN EL CONTEXTO LATINOAMERICANO
El contexto de la integración en América Latina no siempre puede explicarse a través de las teorías construidas en función de realidades de la integración europea, por lo que se han tenido en cuenta otras teorías como la interpretación hecha de un sistema-mundo o del subdesarrollo de los países de América Latina según las relaciones entre centro y periferia y la teoría de la dependencia.
La teoría sobre las relaciones centro-periferia -según un análisis estructuralista latinoamericano- fue desarrollada a finales de los años cuarenta y principio de los cincuenta
por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), bajo la conducción del argentino Raúl Prebisch, quien se preocupaba por la desigualdad del comercio existente entre el hemisferio norte y el hemisferio sur que provocaba una degradación de los términos de intercambio.
Según esta teoría, existían grandes diferencias entre los centros o metrópolis con economías homogéneas por causa de formas de producción modernas más complejas y diversificadas, permitiéndoles producir una más gran variedad de bienes y niveles tecnológicos bastante importantes; y las economías periféricas más heterogéneas y no diversificadas en sus producciones ni en sus exportaciones, generalmente monoexportadoras, con condiciones tecnológicas menos uniformes.
La influencia de los trabajos de Prebisch a través de la CEPAL, alcanzó a la teoría de la dependencia de los años sesenta, representada por autores como Celso Furtado, Theotonio Dos Santos, Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto, quienes consideraban al planeta como un sistema económico (sistema mundial capitalista) controlado por el capitalismo transnacional, donde son importantes las relaciones entre su expansión y las estructuras y formaciones sociales locales.
Para el caso latinoamericano, una posición periférica de dependencia de diferentes centros del mundo desarrollado, según momentos precisos de la historia: España, Gran Bretaña y los Estados Unidos.
El profesor Vieira Posada, al analizar estas nociones explica que el sistema – mundo, creado según el profesor estadounidense Immanuel Wallerstein en el siglo XVI, se conforma con un sistema de economía-mundo capitalista que se expande por la división del trabajo incorporando otras zonas de imperios-mundo, de economías-mundo o de mini- sistemas, con un flujo de plusvalía de las periferias hacia los centros donde se concentran actividades monopólicas, en alternancia de ciclos de expansión y de estancamiento de la economía-mundo llamados ciclos de Kondratieff.
En lugar de cambios sociales producidos país por país, tal como lo cita el VIEIRA POSADA la teoría de un sistema-mundo de Wallerstein implica, -siguiendo a Peter Taylor- que si se acepta este supuesto de una sociedad única, las numerosas sociedades nacionales se convierten simplemente en partes de un todo mayor, por lo que un determinado cambio social sólo puede ser comprendido en su totalidad en el contexto más amplio del sistema-mundo moderno.
El sistema-mundo es totalmente distinto, porque los dos se refieren a procesos complejos y no a zonas, regiones o Estados. Los procesos de centro consisten en relaciones que combinan salarios relativamente altos, tecnología moderna y producción diversificada, lo cual no tienen los procesos de periferia. Y también se da la semiperiferia, que combina ambos procesos: se explotan zonas periféricas y a la vez se sufre la explotación del centro, en una estructura tripartita de centro explotador, semiperiferia explotador y explotado y periferia explotada.
Los ciclos Kondratieff producirán relocalizaciones de los centros de producción hacia zonas más periféricas con la incorporación de nuevas zonas, en un sistema político interestatal que tiene también ciclos de hegemonía, como las Provincias Unidas del siglo XVII, el Reino Unido del siglo XIX y los Estados Unidos del siglo XX. Siempre habrá, por los ciclos de Kondratieff y los ciclos hegemónicos, un movimiento de reposicionamiento de los Estados en la zona central, periférica o semiperiférica. El ciclo Kondratieff, según Wallerstein, comenzó a finales de la Segunda Guerra Mundial y el ciclo hegemónico de los Estados Unidos comenzó hacia 1870. Wallerstein preveía que los Estados Unidos tendrían una disminución importante de su poder en los años 1990, lo que no se produjo, puesto que se asiste en la primera década del siglo XXI a su hegemonía imperial.
En cuanto a la marginalización del Sur, Wallerstein considera que con la eliminación de la esperanza de un desarrollo nacional, el Sur reaccionará rechazando la cultura del sistema-mundo, con migraciones masivas ilegales y con desafíos militares directos, lo que permite esperar .una bifurcación que nos conducirá al final de este sistema y a un nuevo orden salido del caos del que es imposible intrínsecamente prever los contornos. (VIEIRA POSADA, 2005)
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